PASTILLAS Y PAELLA: EL VIAJE SIN. AL FINAL NI PASTILLAS NI PAELLA DIA 1

PASTILLAS Y PAELLA: EL VIAJE SIN. AL FINAL NI PASTILLAS NI PAELLA DIA 1

Ante la gran insistencia de algunos, por saber como fue el viaje a las fallas y por dar un poco de movimiento a este nuestro blog, retomo mi actividad literaria que desde hacia algún tiempo tenia olvidada, no por no querer sino por falta de tiempo.

Antes de empezar, quiero agradecer, en mi nombre y en el de toda la expedición (también en nombre del “GITANO” que ya son amigos de nuevo), a Tamara por las molestias que se tomo para organizarnos esta ruta, sin su eficiencia este relato y el viaje en si no hubiera sido posible. Bueno abrochaos los cinturones que empieza el viaje.

La primera historia digna de mención ocurrió cuando paramos a cenar de camino a Valencia. Paramos en un área de servicio. Eran ya las 23.30 horas. Echamos gasolina y entramos a un restaurante-hotel que había allí. En la recepción había unas niñitas y el tío que atendía no las quitaba ojo de encima. Era un autentico aguililla. Preguntamos si nos daban de cenar y nos dijeron que si. Cuando estábamos cenando de repente apagaron la tele, al poco nos empezaron a apagar las luces, nosotros pensamos que nos querían echar. Nos percatamos de que el que se suponía que era el gerente estaba intentando abrir una puerta. Pues cuando marchábamos todavía el gerente estaba intentando abrir la puerta después de media hora y el aguililla de recepción estaba tirado en un sillón con los pies encima del mostrador (ya se habían ido las gachís y estaba en posición de dormir solo le faltaba quitarse los zapatos).

Llegamos al hotel sobre las 3 de la mañana. Ya el recepcionista nos recrimino que nos estaba esperando desde las 2. Subimos al apartotel, era grandísimo, estuvimos tomando una copa en la terraza y pa la cama. Hay van los primeros documento gráficos.

En la terraza tomando una copilla.

La luna de Valencia.

Como diría Hugo, mis hermanas.

La habitación.

Al día siguiente nos levantamos y nos fuimos para Valencia. Teníamos que coger un cercanías. Llegamos a la estación. Había gente esperando. De repente por megafonía dicen: “próximo tren completo siguiente tren prácticamente vacío”. Le dije a Huguin que esperábamos al siguiente. De repente llega el tren y la gente empieza a entrar. Yo pensé: “estos están jodidos si el siguiente viene vacío”. A los 5 minutos vuelven a anunciar por megafonía: “ próximo tren completo siguiente tren prácticamente vacío”. El hijo puta de la megafonía nos la había metido doblada. Así que como dice el refrán “ por donde fueres haz lo que vieres” nos metimos en el tren que estaba como una lata de sardinas.

Salimos de la estación y vimos una multitud de gente. Todos mirando al frente. Era la Mascleta. Estuvimos viéndola. Solo fueron 5 minutos pero muy intensos. Era un espectáculo de ruido descomunal. Termino y nos fuimos a dar una vuelta. Estuvimos viendo los Ninots. Hay van alguno de ellos.

El de Manolo el del Bombo y el murciélago.


Y este especialmente dedicado para Chavalin “The Kid”.

Llegaba la hora de comer. No encontrábamos ningún sitio. Todo estaba lleno. Y siguiendo la teoría del refrán anterior nos compramos unos kebaps y nos sentamos en una plaza. En la plaza había muchas terrazas y como había mucha gente sentada en las escaleras no dejábamos pasar a las camareras que atendían las mesas. A los de al lado nuestros les echaron la barrila, y después a nosotros. De repente Ana se levanta y le quita el sitio una tía muy extraña que solo miraba al suelo y sostenía una caja en su mano. De repente la tía extraña empezó a meter mano a Sara. Nos fuimos de allí pitando.

Después de comer, seguimos viendo Valencia. Llegamos a la plaza donde estaba La Virgen con su manto de flores. Nos sentamos en una terraza a tomar un café. Yo fui al baño. Cuando iba a salir resulta que se había atascado el pestillo. No podía salir. Pensé en llamar a Huguete para que me echara un cable pero al final conseguí salir por mis propios medios.

Hay van mas documentos gráficos.




Y la Catedral:

De vuelta para el hotel, vimos un Starbucks. Ya hacia un poco de rasca y pensamos en tomar otro café. Entramos y no sabíamos que pedir. Bego dijo: “ yo lo mismo que Ana” y Sara también asintió. Pedimos unos “Frampuchinos”. Era café con helado. Todos acabamos hasta los cojones del “Frampuchino” por el frío que ya empezaba a hacer y por la cantidad de nata que tenia que encima con la pajita no se podía tomar. Bego fue la que peor lo paso porque venia muy afónica, y a Crápula casi le tenemos que amputar los dedos porque casi se le congelan las manos.

(continuara)…