Antes de comenzar este relato, quiero dar mi más sincera enhorabuena a Hugo. En la vida hubiera podido imaginar que este “flaco” pudiera aguantar un ritmo tan brutal de copas y tequilas como el del otro día. Si me lo hubieran contado, no me lo hubiera creído, diría que me la estaban metiendo doblada. Pero tuve la suerte de vivirlo. Gracias Hugo, sigue así siendo el “CRAPULA” que siempre has sido. (con tus dos hipotecas incluidas).
Sábado 12 de abril de 2008, seis de la mañana, plaza de Santo Domingo. Todo empezó aquí. Después de mas de 1 hora de deliberaciones, de tiras y aflojas, de comentarios, llegamos a la conclusión de que el día elegido era el dos de mayo. Teníamos que hacer una excursión a Ponferrada. El plan estaba urdido solo faltaba llevarlo a cabo.
He de decir que en nuestras anteriores visitas al pueblo del puente de hierro ( Ana no te piques por este comentario) nos lo habíamos pasado de puta madre. Pero lo de este fin de semana ha sido la autentica caña de España. Desde hace mucho tiempo no había vivido una experiencia tan satisfactoria e intensa, tanto en lo personal como en lo social. Espero que los demás afortunados que pudieron disfrutar de este día, estén de acuerdo conmigo y hayan disfrutado tanto o mas como la goce yo.
Vienes 2 de mayo de 2008, seis y media de la tarde, estación de autobuses. El inicio del viaje estaba ahí. Aparcamos el coche y nos disponíamos a recoger al resto de la expedición. De repente Pablin ve a Egoitz saliendo de un coche con la tía con la que había ido a comer. Pablin dice: “ no miréis que esta ahí Egoitz, seguid caminando”. Dicho y hecho, la pequeña Bego giro la cabeza y miro. De su indiscreto vistazo, solo pudimos sacar en claro que la tía llevaba unos tacones de 10 centímetros o mas (no supimos si estaba buena o no). El cabroncete de Egoitz no acababa de llegar y ya la estaba preparando con una tía que había conocido hacia 5 años. El jarro de agua fría se lo llevo cuando le pregunto si tenía novio y ella le respondió que estaba servida……..
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